Los rollos de mimbre tejidos con alambre es un producto natural muy utilizado para la ocultación de vallados y en el sombreo de pérgolas y cobertizos. También se utiliza el brezo tejido en rollos como retenedores de arena en la recuperación de dunas en arenales costeros.

En las vallas, el mimbre se coloca atado a la red metálica mediante grapas tipo W-20 y ofrecen un elevado grado de privacidad a los jardines, a la vez que siendo un producto natural, se integra con facilidad al entorno.

En los arenales costeros, el mimbre se utiliza como retenedor de arena, se suelen usar rollos de 1.5m de altura, desenrollándolos y enterrándolos parcialmente en la arena en dirección transversal a los vientos dominantes. El mimbre actúa como pantalla retenedora de la arena y favorece la recuperación de las dunas acumulando arena y facilitando la posterior aparición de flora que fijara el terreno.

El mimbre utilizado en la elaboración de los rollos proviene de los sauces de la variedad salix vinimalis. Crece silvestre en las riberas de los ríos y en humedales en buena parte de la geografía española. Tradicionalmente se ha recolectado de forma manual y su utilización más conocida es la cestería artesanal. Los antiguos artesanos recolectaban las varas de mimbre en los cauces cercanos y con ellos elaboraban gran variedad de productos.

Actualmente el mimbre se cultiva de forma ordenada en las conocidas mimbreras. Las mimbreras se gestionan de forma que produzcan la cantidad y calidad de material necesario para el mercado de artesanía, cestería y rollos.

Con material proveniente de las mimbreras elaboramos los rollos tejiendo varas enteras de mimbre en un telar mecanizado que permite ofrecer un producto de gran calidad.

Las varas de mimbre tienen una cierta conicidad, siendo su diámetro menor en la punta que en la base. Para favorecer la resistencia del producto final y el grado de ocultación, las varas de mimbre, se tejen alternado la orientación de las puntas.

Los rollos de mimbre recién tejidos ofrecen un atractivo color marrón – rojizo que nos recuerda a los paisajes hibernales de los bosques de ribera, donde a menudo, destacan las ramas desnudas de los sauces. Cuando se expone al sol intenso, el color varía a marrón-gis.

Las varas de mimbre son muy elásticas y conservan su elasticidad durante muchos años, por ello ofrecen una elevada resistencia a la rotura frente al viento. Esta cualidad hace de los rollos de mimbre un producto muy recomendable como cortavientos, en vallas y en dunas.

En cuanto a la duración, como siempre, con los productos naturales, depende mucho de la zona climática donde se instale, de la exposición al viento, al sol y al agua, pero, sobre todo, para garantizar una larga duración es conveniente hacer un buen montaje. Es decir, soportarlo sobre una base fuerte (valla metálica o cobertizo) y atarlo fuertemente a ella. Si el montaje es el correcto y la exposición no es extrema, los rollos de mimbre montados sobre vallas pueden durar más de 10 años.

El nivel de ocultación del mimbre es del orden del 75%, normalmente suficiente para dar privacidad a jardines y parcelas a media distancia. El mimbre es un producto que no desprende hojas ni partículas de ningún tipo, cualidad ideal cuando se monta en terrazas, zonas de piscinas o jardines pavimentados que quieren mantenerse limpios.

Utilizando el mimbre participaras en el mantenimiento de las mimbreras y de una actividad tradicional de elevado valor etnológico y económico para muchas zonas rurales.